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Un descanso también puede incluir risas, juegos y siestas con interrupciones.

 

Viajar con chicos no es lo mismo que viajar sin ellos, eso ya lo sabés. Pero eso no significa que el descanso tenga que desaparecer. En Las Quebradas hay espacio, aire, seguridad y posibilidades para que todos disfruten. Este artículo es una guía realista —sin fórmulas mágicas— para quienes vienen en modo familia.

Elegí la cabaña que te haga las cosas fáciles

La Steel Framing es la más recomendada para familias con hijos: tiene dos dormitorios, cocina equipada, living, aire acondicionado y espacio para estar sin pisarse. Si son poquitos, la Ladrillo también es una gran opción, con galería privada, minipiscina y parrillero para sumar planes.

Aprovechá el entorno para que se muevan sin darte miedo

El predio es cerrado y natural: no hay autos circulando ni peligros escondidos. Los chicos pueden correr, explorar, piletear o jugar con libertad (y vos podés bajar un cambio sin estar alerta todo el tiempo).

No hace falta traer dispositivos electrónicos: el plan está afuera

Entre la pileta, el pasto, la arena, la cancha de volley o los kayaks, los chicos se divierten e incluso inventan sus juegos. Unos baldes, una pelota, y el resto lo resuelven solos. A veces lo mejor es no traer nada y ver qué aparece.

Simplificá las comidas: menos menú, más picnic

Cada cabaña tiene cocina y parrillero. Podés traer viandas ya listas, cocinar algo tranqui o incluso darte los gustitos que quieras. El secreto: no planear como si fuera un viaje largo, sino dejar margen para adaptarse a lo que pase. Un desayuno largo o una picada improvisada pueden ser planes en sí mismos.

Reconfigurá tu idea de descanso

Con niños y niñas, en ocasiones el silencio absoluto no es una opción. Pero el descanso se puede redefinir: verlos jugar tranquilos, charlar en la galería mientras se bañan en la pileta, dormir una siesta mientras ellos exploran. Las pausas siguen existiendo, solo hay que encontrarlas distinto.

En Las Quebradas no hay animadores, guarderías ni cronogramas. Pero hay espacios naturales, aire libre, comodidad y tiempo. A veces, eso es todo lo que se necesita para que todos —grandes y chicos— vuelvan a casa un poco más relajados.

 

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